domingo, 10 de enero de 2010

1.6

Sabiendo de antemano que algún día me toparía con ella, nunca me ví preparado o suficientemente despierto para advertir su llegada, silenciosa te acecha por largo rato, te mira, te observa, te analiza para saber el segundo exacto de su ataque.

Así es, de pronto ¡zaz!

La aterradora duda, esa que me ha hecho pensar, además de un mar de cosas, en por qué toda la banda de gastro-Gnomos, con todo y sus gorritos y sus zapatitos negros, se pone a idear cosas locas, cosas infames, cosas absurdas para llenar los espacios que les carcome la duda.

Gracias, bendita orientación vocacional!

De tarea una plana:

Amo la gastronomía, amo la gastronomía, amo la gastronomía, amo la gastronomía, amo la gastro...