lunes, 30 de marzo de 2009

domingo, 29 de marzo de 2009

1.2

Hace algunos días escuché un programa de radio nacional, un supuesto crítico de cocina y un "escritor argentino" según muy famoso, del cual prefiero ni siquiera recordar el nombre.

Quedé sorprendido, fue una conversación casi hipnótica, por el grado de estupidez claro está.La plática se centraba en una conferencia de prensa que había dado Ferrán; el locutor en comunicación con el escritor hacían notar su grado de admiración hacia el semi Dios de la cocina contemporánea y hacia la tendencia impuesta por el mismo hace ya un par de décadas, lo curioso y que me dejó, una vez más, decepcionado por el grado de desinformación que tenemos quienes pertenecemos al gremio de pitufos golosos, fue la manera de comentar sobre los hechos, sobre la situación de la gastronomía "molecular" a nivel mundial, sobre la influencia y desarrollo que ha dado la química a la misma.

Que si la cocinada impulsaba a la ciencia decían, jajajaja primer carcajada que solté, claro, si la N.A.S.A. tiene como biblia el big fat duck cookbook, y luego viene el remate al arco del locutor, o cuándo veremos al alcance de todos comida que esté manipulada químicamente, cuándo lo veremos en el supermercado, preguntó al escritor, quien, increíblemente, y arrancándome otra carcajada, contestó, seguramente pronto, jajajajaja claro, pero si nada de lo que consumimos está manipulado químicamente, jajajaja, púdrete en el infierno Pasteur jajajajajaja, o ¿será que compran todos sus víberes en la sección de orgánicos en superama? y por eso no están enterados de nada.

Y bueno, ya, el climax de la hilarante experiencia fue cuando lanzaron la pregunta a la audiencia conocedora, ¿cree usted que cuando cocina se lleve a cabo alguna reacción química o física? si cree que si ¿cuál?, no no no no no, por favor, que los tiren a un barranco, ¡no mames!, lo decían tan en serio que comencé a dudar jajajaja.

De verdad, que alguien me explique, no creo que estemos en el hoyo tan gachamente, no podemos pensar en las nuevas tendencias gastronómicas como algo que revolucionará al mundo, y mucho menos a la ciencia, por favor, la ciencia le lleva años luz a la cocina, si, si, ya sé que si trabajan científicos con los del panteón gastronómico, pero basan sus conocimientos en teorías y fundamentos previamente escritos. No nos dejemos llevar por la mercadotécnia, no en la gastronomía, no en algo que debe satisfacer nuestras necesidades y nuestros gustos, no digo que no apreciemos la inteligencia y capacidad creativa de quienes hacen gastronomía contemporánea, no soy un conservador, sólo digo que debemos tomar lo bueno de la misma y desechar el discurso artístico del movimiento, recordemos y tengamos bien claro que NO SOMOS ARTÍSTAS, no hacemos arte, hacemos de comer, le hechamos ganas, lo dejamos bonito, lo dejamos chido, pero hace falta más que un taller y un par de libros con buenas fotos para escribir el octavo renglón en la lista de las bellas artes, y más que un recontra bigger bang para darle la vuelta a los científicos.

sábado, 14 de marzo de 2009

1.1

¡Ay Santi! , acabo de leer una crítica muy severa dirigida al colega Santi, mi hermano del alma la "posteo" en el facebook, y así pues me puse a pensar en mil cosas..... ¡ay Santi, si no te mordieras tanto la lengua, cuanta razón tendrías!

jueves, 5 de marzo de 2009

lunes, 2 de marzo de 2009

1.0

Antes que nada, me declaro un fiel seguidor del discurso de Duchamp.

En tiempos de sequía creativa el hombre se pone títulos de lo que le suena bonito y siente que combina con su actividad cotidiana, nos gusta disfrazar nuestros fracasos y nuestra mediocridad con añadidos que nos hacen sonar interesantes, ser chidos, estar in; la comida y los fieles corceles que la hacen rodar se han unido para llevar a cabo un plan imperfecto, poco inteligente, absurdo, pero creíble, o increíble según de que lado del cristal te encuentres. Mediante un código mudo los cocineros se han puesto de acuerdo: ¡Somos unos artístas! exclama la mayoría gastrónoma, la multitud se vuelve loca de euforia, asientan los gorros blancos.